domingo, 20 de enero de 2013

Divendres, dissabte, diumenge

Los fines de semana higiénicos se agradecen. Y más si vienen a limpiar cacas, pises y otras suciedades que han golpeado oleada, tras oleada, tras oleada, tras oleada durante la semana. Como si fueran los 300 de Esparta revisados por Frank Miller pero en feo y sin testosterona ni causa noble.

Veamos: desde el viernes hasta la tarde del domingo he bebido en buena compañía y sin ella, he comido manjares, he encontrado a amigos que hacía tiempo tenía abandonados, he dormido, he pedaleado y he completado una carrera que me ha costado dios y ayuda. He leído, he escrito, he aprovechado el tiempo y también lo he perdido, he cocinado, he ido de compras, he vermuteado y he escuchado música. Me he cabreado, me he descabreado, me he resignado y he decidido que de resignarme lo justito.

Dice la RAE que higiénico significa perteneciente o relativo a la higiene y que esta tiene por objeto la conservación de la salud y la prevención de enfermedades en su primera acepción y la limpieza, aseo de las viviendas, lugares públicos y poblaciones en sus segunda. También indica que hay higiene privada y pública, según si la aplica el individuo o las autoridades públicas. Higiénico, pues, ha sido este fin de semana que pienso rematar tumbada en mi cómodo sofá y viendo una película de las divertidas y facilonas. Mimando un poco mi espacio que cuido mucho pero apenas lo habito.


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Cursa de Sant Antoni

De 10 kilómetros, popular, de esas de fiesta de barrio barcelonés que algunos completan en 30 minutos y que yo, hoy en baja forma, he superado a los 52 minutos. Guillem Carbonell suele editar vídeos de eventos que suceden por la Ciudad Condal para su blog en TimeOut y hoy ha estado grabando la salida completa de la carrera.

Debo pasar en algún momento. Supongo. Y entre los lentorros de dorsal blanco.





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Momento musical. You Don't Know What Love Is, de Sonny Rollins. Que acompaña mi apacible tarde. 





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