martes, 23 de abril de 2013

Sant Jordi, sin rosa, pero Sant Jordi igual

Dice la leyenda que Sant Jordi mató al dragón y de una de las gotas de su sangre brotó una rosa. La princesa pudo volver al castillo y las jóvenes pubillas del reino vivieron tranquilas y sin peligro de ser secuestradas por una suerte de reptil que aquí es un símbolo bestial, subterráneo y oscuro y en Asia de sabiduría, excelencia y contacto con un mundo superior.

En la imagineria occidental la leyenda de San Jorge representa la victoria de la fe religiosa ante una bestia pestilente, feroz y pagana, herencia de tiempos préteritos carentes de la luz cristiana. De hecho, San Jorge es una figura importante en la heráldica fundacional de varias zonas de europa: Cataluña, Aragón, Portugal, Georgia, Milán, Londres, Serbia, Lituania... Fondo blanco y cruz roja forman el blasón de este santo universal que hoy se celebra en Catalunya.
 



La imagen de Sant Jordi matando al dragón ha dado para mucho. Desde el cártel del Inn más antiguo de Londres (que evidentemente se llama George) hasta una ristra interminable de libros infantiles, ilustraciones para campañas de publicidad y reportajes de dominical. De todas me quedo con dos.

La de tardogótico o protorenancentista Paolo Ucello, en la que Sant Jordi es un ser etéreo, ligero y casi transparente.





Y la del muy barroco Rubens, en la que el San Jorge descarga toda su dramática corpulencia sobre una bestia retorcida de dolor.





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Día del libro
La historia nos regala épocas en la que el pensamiento humano, que engobla las artes y las ciencias, da un salto cualitativo conjugando genios, visionarios y grandes hombres y mujeres. Como la que vió nacer y morir a William Shakespeare y Miguel de Cervantes. Morir, digo, porque me fio de Wikipedia y he de decir que ninguno de los dos murió un 23 de abril. Según leo "Cervantes falleció el 22 y fue enterrado el 23, mientras que Shakespeare murió el 23 de abril del calendario juliano, que corresponde al 3 de mayo del calendario gregoriano)". Eso sí, ambos en el año 1616.

El que sí murió un 23 de abril fue Josep Pla. Concretamente, el del año 1981. Feliz coincidencia para un hombre desterrado del canon de las letras catalanas, que le dió por morirse justo el día en que la industria editorial patria lanza todos sus excendentes al mercado copando las calles de ciudades y pueblos. Eso sí, con stand con banderita y autores firmando ejemplares a gogó.

Cierro este paréntesis revindicativo: servidora es una amante de los libros, de la primavera, de las rosas y de las tradiciones. Lo que indica que adora Sant Jordi. Y pasear por Barcelona ese día haciendo la flanneuse.

Así que ¡Feliz Sant Jordi!

Ya, si eso, brindamos luego. Que este año pinta sin rosa y tendré que ahogar las penas en algún lado. ¿Que no? Venga va. Mi # del día es #fucksaintgeorge y esas cosicas.

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Momento musical, Luz de luna al son de Buika y Chucho Valdés. Ejemplo de como una ranchera se convierte en cualquier otra cosa cuando la toca el genio.






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