Comida familiar con aperitivo doble, made by Suárez. Luego tarde callejeando por la Plaza Mayor, Cuchilleros, Sol y la Cava de San Miguel. Siempre me flipa que haya un Mesón del Champiñón. Esto sólo pasa en Madrid. Aunque, y sé que los queridos madrileños me van a mandar a pastar fang, la zona se ha convertido en un carrusel temático para guiris. Al modo de nuestra antes amada rambla de Barcelona. Avisados quedáis.
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Personajes nocturnos en la Cava Baja. Patricia. Josep. Violeta. Una actriz porno que ha probado a Nacho Vidal y alaba sus dotes amatorias. Un grupo de gitanos que se dedica al sector del autómovil y que va hasta las trancas de farpola camino del Serrano 21. Un camarero argentino con mucha labia. Ni rastro de los bellos madrileños.
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Los bellos madrileños los encuentro de mañana, al sol de Lavapiés camino del rastro, andando ligeros y modernos por la calle Tribulete o sentados en una terraza tomando cañas. Me desayuno una café con leche en vaso y una porra, en honor a mi señora madre y mi señora abuela Pilar. Definitivamente, el barrio de las Letras y Lavapiés son mis preferidos de la capital.
Camino como puedo entre los puestos de Embajadores y casi me colocan unos pantys de abuela a un leuro nena. Pero lo esquivo, con dignidad y elegancia y encuentro por fin esas ansiadas láminas art-déco muy bonitas para decorar los espacios vacíos que amenanzan mi casa. Alegre entra una cañita y una tosta.
Tarde futbolera en ciernes. Dudando entre buscar una peña barcelonista o ver el derby con la familia que tiene el enorme defecto de ser del Real Madrid. Pero vamos, que nadie es perfecto.
1 comentario:
Mira mira prima... aquí cada uno con sus defectos, eh!?
Me gusta cómo escribes. beso!
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