Un día de reyes madrileño es un día de reyes diferente. Los roscones no tienen corona, ni mazapán. Van rellenos de nata o trufa o de nada. Se comen con chocolate caliente, no con cava. Ahora, los regalos y la chicha familiar no cambian.
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Primer running callejero. Ha sido en Madrid. En Arturo Soria. 40 minutos. Y a seis grados de temperatura. Eso sí, con un solazo de aúpa. Pas mal.
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Rebajas en Goya. Un hormiguero de señoras endomigadas del brazo de sus nietas y jóvenes con camisas de cuadro ellos, botas de montar ellas. Peinados clásicos, bolsos más clásicos aún. Luego, cañitas y gambas en el Santa Bárbara que de momento han sido las mejor tiradas del viaje.
En Madrid reina la Mahou. Tomar cañas es aquí un placer contínuo.
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Plan nocturno: La Latina con Patrícia y Josep, estos días de prestadillo por la capital. Luego, si algún primo se digna, iremos a por unas copas con ellos.
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