Madrid. Parte I

Aterrizo en Madrid tras constatar que la fiebre consumista no acaba después de que los reyes llenen nuestros zapatos de regalos. No. A las ocho de la mañana hay gente comprando ropa y cosinas de decoración en las tiendas de la flamante T1 barcelonesa. Me pregunto si habrán tomado ya café o no.

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Cafecito al que me invita Diana, en tránsito hacia sus tierras canarias, la muy perra. Por ir a Canarias que el café se lo agradezco.

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Los reyes se han portado bien. A pesar de que ayer no pudiera verlos en TV3 como solía, pues en un ataque de frikismo extremo, la nostra se ha ido a Andorra a retransmitir la cabalgata de allí. Por si acaso, les recuerdo que Andorra es otro país. Y que TV3 la pagamos los catalanes, no los andorranos. Majos, entonces, les digo a los iluminados de la nostra: gracias por no pasarnos la cabalgata de Barcelona. Cada día os superáis más.

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Un corto molón, que bien puede servir de aviso a algunos padres incautos.