lunes, 19 de noviembre de 2012

Conversaciones obscenas

Por mierdosas. Que luego me pensáis mal.

Suena el teléfono. En el momento justo, ese momento justo, en el que tienes la mano en el pomo de la puerta. Ese momento de ready, steady, go.

Empezamos mal.

Un número que no has visto jamás de los jamases. Mierda, a ver quién es este palomo que me llama, mientras repasas la noche anterior a toda velocidad. A ver a quién se te ocurrió darle el número.


Marta, como reculando: ¿Sí?
Voz masculina: Hola, soy el técnico que mañana viene a tu casa a inspeccionar el edificio.

A ver, quién me puede estar tomando el pelo a estas horas, que lo guillotino y luego quemo la Bastilla.

Marta: Ajá. Pues primera noticia.
Técnico: El administrador no ha dicho nada. He hablado con tu vecino y me ha dicho que mañana lo va a llamar para ver.
Marta: Vale. ...
Técnico: Entonces. ¿A qué hora me puedo pasar?
Marta: Antes de las nueve menos cuarto de la mañana. O a partir de las siete y cuarto. El resto del día no estoy
Técnico: Hombre, ni de coña voy a madrugar tanto. Y a partir de las seis yo no trabajo. Mira, sabes qué, que da igual. Si no te esfuerzas no voy a tu casa. Tampoco hace falta.
Marta: Vale.

Pensando en realidad: cabrón, pues no me des la vara de buena mañana. Ostia qué bronca me acabo de comer por la cara. A cagar a la playa que se está más fresco, hombre.

Técnico: Pero bueno, igual te llamo y te digo que me paso por tu casa a otra hora.
Marta: ...

Moraleja: Nunca hay que coger el teléfono cuando una llamada es altamente sospechosa.

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