domingo, 25 de diciembre de 2011

Perlas periodísticas. Hoy, el discurso del rey ese en El Mundo.

Es navidad. Lo sé. Voy respetar la intoxicación calórica a la que me he entregado con tanta alegría y de la que medio país va a tardar meses en recuperarse. Intentaré ser breve.

Hoy El Mundo glosa el discurso de ese señor que no convierte en súbditos y que tiene prebendas legales que otros españoles no tenemos. Soy periodista, sé de lo que hablo. Y si no, le preguntan ustedes a los de El Jueves a ver qué opinan.

Tomo algún párrafo del artículo. Así al azar y para no aburrir al personal.

Titular: "La Justicia es igual para todos"

Para todos no. Yo puedo publicar una noticia sobre Perico de los Palotes, si previamente la he contrastado, pero no puedo publicar una noticia contrastada sobre el rey so pena de una cuantiosa multa por injurias a la corona. Ergo, la justicia no es igual para todos, señor monarca.

El redactor de El Mundo, víctima quizás de un subidón de azúcar, quiere darnos el bálsamo de Fierabrás.

En el lead:

"El Rey ha tranquilizado esta noche a los españoles, alarmados desde hace meses por el supuesto primer caso de corrupción que afecta directamente a la Corona y que protagoniza el duque de Palma, el marido de la infanta Cristina."

Gracias por tranquilizarme papá. Ha llegado el momento de dejar el diazepán en el botiquín y de dormir a pierna suelta 12 horas al día. El prozac, si eso, ya lo dejo en enero. Entiende que lo voy a necesitar cuando anuncien la subida de impuestos.

Sigue el periodista:

"Su mensaje ha puesto punto final al 'annus horribilis' de la monarquía española celebrando su "salud recuperada" y alabando a su hijo, el príncipe Felipe."

Menos mal, menos mal. La monarquía ha recuperado la salud. Y el annus horribilis se ha acabado. En el 92, la monarquía ingles vivió en carne un annus horribilis y desde entonces esta expresión se aplica cada vez que una casa real sufre un divorcio, una muerte, una intervención de hacienda, una borrachera del heredero con prostitutas sado maso, un aborto, un mal estilismo, una declaraciones clasistas a la prensa.

Y, alabar al tal Felipe, ese señor estirado que no soportó dos minutos de charla con una vasca con los ovarios bien puestos. Dijo la vasca "Quiero dejar de ser súbdita para ser ciudadana." Y el tal Felipe, cual Marilyn Monroe revenida le contestó "¿Ya estás contenta? Ya tienes tu minuto de gloria. Felicidades." Argumento aplastante, sin duda, y que da la talla moral e intelectual de este tal Felipe. Y por extensión, de ese tal Juan Carlos que alaba al tal Felipe.

Sigue la noticia:

"Necesitamos rigor, seriedad y ejemplaridad en todos los sentidos. Todos, sobre todo las personas con responsabilidades públicas, tenemos el deber de observar un comportamiento adecuado, un comportamiento ejemplar", ha subrayado el Rey, quien hace menos de dos semanas cortó por lo sano con su yerno al apartarlo públicamente de las actividades oficiales de la Familia Real."

Ojo. Ojo. Ojo. Comportamiento ejemplar. Que vol dir que no te pillen en un renuncio. Puedes tirarte a la cabaretera que quieras y robar todo lo que se te ponga por delante. Pero que no te pillen, palurdo. Tontolaba. Y si te pillan pues cortamos por lo sano. Tontolaba. Que te han pillado.

Queridos, un discurso para enmarcar en los grandes hitos de la retórica universal. Yo, mientras tanto sigo sin poder votar a este tal Juan Carlos y mucho me temo que tampoco podré votar a ese tal Felipe que nos quieren endosar sin vaselina.

Pasad buena navidad. Chatos.

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