miércoles, 7 de diciembre de 2011

Pedazos de vida

Será diciembre y la nostalgia que trae este invierno que no acaba de llegar. Me vuelco en el blanco y negro de Henri Cartier-Bresson, buscando pedacitos de humanidad. Esa humanidad tan carnal, tan viva y tan instantánea que el fotógrafo supo encontrar.






Las fotografías de Cartier-Bresson resultan bellas, exquisitas y tienen una composición impecable. Un 10 en técnica, sin duda.


Pero lo que de verdad hace de Cartier-Bresson un grande entre los grandes es el particular punto de vista que ofrece sobre la vida cotidiana de las personas, sean gentes anónimas de la calle o divas de Hollywood. De los bajos fondos de las casas de putas a la casa de putas por antonomasia que es el mundo del espectáculo. Y encima, sin dramatismos ni efectismos gratuitos.






Tiene la habilidad que muchos periodistas quisiéramos de captar el instante preciso en el que suceden las cosas y coloca el foco de la acción en las personas, no en la acción misma. Por qué Cartier-Bresson fue un humanista y supo que las cosas pasan porque hay gente que hacen que pasen.








1 comentario:

Anónimo dijo...

Maravillosas fotos, y tú tienes una sensibilidad fantástica. ¿Por qué no escribes poesías? Jajajajaja. Un beso de mamisu. Te quiero.