lunes, 20 de febrero de 2012

Variétés du lundi

Lunes por la mañana. Bici ciudad abajo. El solecito en la cara. Café y delicioso bocadillo. Seguido de un más delicioso aún bizcocho de zanahoria que Carlos López-Aguirre trae por su 35 cumpleaños. Otro café´. Buena música en los cascos. Es lo que define una mañana cojonuda.
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Barcelona vuelve a tener Filmoteca. Ahora en el Raval. Y que anuncian como nuevo dinamizador social del barrio, por no perder la costumbre instucional de la jerga vacía de significado.

Que la Filmoteca haya reabierto sus puertas es una buena noticia.

Que la sede de este tesoro audivisual sea este hórrido edificio gris, pesado, grueso y diría que hasta repulsivo es una mala noticia. Un sinsentido más en el devenir arquitectónico de nuestra querida ciudad, que se está sumergiendo en un proceso de afeamiento a marchas forzadas.

Años de retraso y montañas de euros para este bodrio. Boh. Como diría mi abuelo, para tantos viajes no necesito alforjas.

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Phenomena. La reinvención del Cine Urgel de Barcelona que alimentamos treintañeros con un acusadísimo complejo de Peter Pan.

El invento consiste en recuperar las películas míticas de los 80's, desde Regreso al Futuro hasta Flashdance, y reponerlas en sesión contínua. Como cuando los de mi generación veraneábamos en pueblecitos de la costa o el interior y nuestros abuelos nos llevaban al cine local.

Pues bien, para el próximo 2 de marzo, Phenomena ha programado una sesión con La Princesa Prometida y Los Goonies (¡oh! Los Goonies). Resultado: entradas agotadas en 9 horas y búsqueda de un nuevo día para otra edición. Los organizadores nos dirán hoy el cuándo de este segunda sesión.

Me debato entre la pereza ante tanta emoción y expectación de los que ya peinamos en blanco y las ganas de ver Los Goonies en pantalla grande.

Seguiremos informando.

2 comentarios:

Ginés S. Cutillas dijo...

Por lo menos han abierto han reabierto, yo ya tenía dudas con tanta crisis. Lo mejor que ahora tiene dos sales (doble programación), lo peor el edificio, ese pedazo de cemento en mitad del Raval.

Ay, los Goonies... ¿Alguien se acuerda de Los Exploradores? A veces creo que tuve una infancia paralela...

Marta Martín de la Cuesta dijo...

Un mojón, el edificio.

Querido, una infancia paralela no está pas malament.

:)