Bricolando

Muy contenta. Me siento como Kristian Pielhoff.  He montado un escritorio, colgado dos cuadros y he logrado que esa balda mal colocada y que amenazaba dar al traste con la pantalla de televisión recupere el ángulo recto. Debo agradecer la colaboración de mi vecino del 5º 2ª, Valentín, el paleta búlgaro que arregla la finca e Ismaël, compañero de piso. Aunque la suya ha sido breve, tipo andaluz, parado de pie, mirando a la menda currar y "así me parece que no es".

Eso sí, no mezcla la ropa blanca con la de color en la lavadora. Y dobla perfectamente hasta los calcetinos. Voy a delegar en él el cuidado de mi querido armario. Decidido.

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Momento musical. Que bien define mi upgrade en el mundo del bricolaje hogareño. Y que he puesto a todo trapo antes de regalarme un vermutito, por mi cara bonita. Dancing with my self, The Ramones. Yeah!

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Buena tarde la de ayer con Nadia Arenas. Cock en el Capitol. Risas, llantos. Y tapas en O Pote, ese gallego de Letamendi donde ya empiezan a conocerme la cara.

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No me extenderé mucho con esto. Pero ¿por qué todas las reformas laborales se segmentan por edades? Al final, los que tenemos entre 30 y 45 quedamos discriminados.

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En cuanto tenga la bici arreglada, me subo a La Caseta del Migdia. A tomar el sol de invierno. Ea.