Hay mucha confusión respecto a la denominada Ley Sinde, que hoy discute el Congreso de los Diputados y en la que el grupo convergente puede dar la campanada. En principio, las disposiciones de la LES que tocan el tema de las plataformas interactivas han sido elaboradas para poner coto a la piratería, tan cara a los usuarios españoles.
Ante todo, debo decir que como periodista y escritora estoy de acuerdo en que los contenidos deben pagarse. Los que nos dedicamos a ellos tenemos que vivir de algo. Los métodos de financiación pueden ser muchos y variados y no son pocos los modelos de negocio alternativos que han surgido desde el advenimiento de la web. La intención de la Ley Sinde no es lo que me preocupa, sino sus posibles aplicaciones.
Para resumir el origen de mi oposición a la ley, lo siguiente:
"En ninguna parte de la ley se habla de webs de enlaces p2p sino deprestadores de servicios de la sociedad de la información que vulneren la propiedad intelectual con lucro directo o indirecto y con "pretensión de daño patrimonial", que es un término más amplio que puede afectar a un medio on line que use una foto sin permiso, un blog que fusileun texto o una web de enlaces p2p. Esa ambigüedad y su relación con la libertad de expresión (y no las descargas) es lo que llevó a los internautas a las movilizaciones por el Manifiesto y a la ministra, a negarlo todo. Pero la redacción sigue siendo deliberadamente ambigua."
Delia Rodríguez, Trending topics, elpais.com, 20/12/2010
Y para más información detallada de la Ley, el blog de Enrique Dans.
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