Y bien, diréis, a qué viene todo esto. Pues viene a que hoy toca repasar algunas de las formas de cortejo más curiosas que en mi humilde, aburrida y tediosa vida he visto. Visto, digo, por que afirmar otra cosa sería impropio de un domingo tarde y en horario infantil. Ea.
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El Manisero
Mi preferido. Con todas las de la ley y contrastado con los hombres y mujeres varios que son conaisseurs sobre el tema del cortejo. El Ave Fusil Magnífica. Todo un hallazgo que ilustra el ligoteo a tumba abierta, no importa dónde, no importa con quién, no importa cuándo, ni cómo. Lo que importa es ligar. Sí o sí. Ahí os la dejo: juzgad vosotros mismos.
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Conversación. Ligar a las 8.15 AM de un sábado
Entro por la puerta de cristal de mi panadería, oteando el mostrador en busca de los hidratos y azúcares necesarios para activar el cerebro. Delante de mí dos iaias enlacadas carrito en ristre, una pareja hisptérica con niño rubiales en patinete dando golpes a las piernas del resto de inocentes que pueblan la cola, un quinceañero larguirucho con cara de fastidio y un iaio de unos ochentaylargos. Hay mucho ruido y mucha risa que lanzan sin cuartel las pizperetas panaderas que dominan el cotarro.
Marta: ¡Buenos días!
Panaderas y parroquia: ¡Buenos días!
Señor Serra, el iaio, a una panadera: A ver, querida, me pones dos payeses cortados. Que hoy tenemos gente a comer.
Panadera: Pero Señor Serra, otra vez. Señor Serra con risa crapulesca: Sí. Y vienen las chicas de los nietos.
Panadera: Ya está otra vez con la historia de las chicas.
Señor Serra: Uy, qué va. Si yo ya nada, sólo me queda mirar.
Panadera: Sí sí, mirar. Y cuando dice las marranadas que dice qué. Si es usted un ligón.
Marta: Un croissant, ¿puede ser?
Panadera, pasando de Marta: Serra, es usted un viejo verde. Anda que no le gusta mirar a las chicas desde la terraza del Flandes. Anda que no.
Marta y resto de parroquia: ....
Señor Serra: Pero si estoy retirado, verdad queridas (a las iaias)
Iaias: Uy, nosotras de eso no sabemos.Señor Serra: Claro, con nuestra edad ya tenemos telarañas.
Iaias: Será eso.
Señor Serra, guiñando el ojo al adolescente: Pero tú no ¿eh? Tú lo que tienes que hacer es juntarte con muchas chicas.
Adolescente, rojo cual tomate: Sí, em, seh.
Panaderas: Serra, deje en paz al chaval hombre.
Señor Serra: Hazme caso, chico. Que a que no sabes por que me llaman Serra.
Adolescente: Seh, em, ¿no?
Señor Serra: ¡Es que tinc uns collons que m'arrastren pel terra1
Todos morimos mucho de la risa y cuando el señor Serra paga y se va nos quedamos cotilleando unos diez minutos más. Me hago con mi croissant y corro al quiosco a comprar el periódico. Prefiero leer las pamplinadas de los políticos y otros ladrones antes que analizar la activísima vida sexual del señor Serra y compararla con la mía, que luce parda y lúgubre.
Y luego me largo a quemar la energía a la piscina.
Así de triste es.
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Consuelo
Consiste en hacer de la capa un sayo, ponerse el mundo por montera, gastarse un pastón en la peluquería y depilarse como si no hubiera mañana. Todo en visos de una esperanza vana de que una logre mejorar sus dotes en el noble arte del cortejo. La actividades de chapa y pintura pronto se revelan inútiles: nadie contesta a la llamada de la selva y parece que todos andan ya calentitos en camas ajenas. Pues vaya plan, colegas.
Al final y para evitar una huida a la taberna una acaba escribiendo en un blog que ejerce de recipiente para vomitadas varias. Y pensando que el aburrimiento es uno de los motores vitales más potentes: si te aburres te da por escribir, estudiar el funcionamiento de las neuronas, ver películas de Kubrick y otras iniciativas de las que tirar en caso de ligue a la vista. Para parecer interesante, supongo.
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Momento musical. A tono con el Ave Fusil Magnífica. Fuego de Bomba Estéreo que a bien tuvo de mostrarme Adriana Obregón en el último sarao que compartimos.